miércoles, 15 de julio de 2009

Las grandes empresas capitalistas y su apoyo a los nazis


Un pequeño articulo dedicado a los morenazis que pasan constantemente a el chat del blog (ociosos por sierto, frustrados que no tienen nada que hacer por sus vidas). Chupen la poronga hijos de puta..bueno y ya saben estamos listos para crear niños blancos con sus madres y llevar a cabo las 14 palabras como dios manda jajaja. Sieg Hil !!

Asustados por la perspectiva del "bolchevismo" en Alemania, los capitalistas estadounidenses, británicos y franceses transfirieron préstamos en tropel para apuntalar al capitalismo alemán. Estos préstamos provocaron un boom capitalista a escala mundial, que particularmente afectó a Alemania. El boom en Alemania duró desde 1925 hasta 1929. Los capitalistas de Alemania obtuvieron enormes beneficios de la racionalización de la industria alemana, no necesitaban a los fascistas y el apoyo a los nazis disminuyó. Sólo recibían fondos para su existencia como arma de reserva y evitar su desaparición de la escena política.

Después llegó la recesión mundial de 1929-33. Lo niveles de vida de los trabajadores se desplomaron. El desempleo superó los cinco millones. La clase media estaba arruinada por la crisis económica y veía como descendían sus niveles de vida aún más que los de la clase obrera. Los trabajadores industriales tenían la protección de sus contratos sindicales y subsidios de desempleo dentro de unos límites, y de este modo podían resistirse a las peores imposiciones de los carteles y monopolios. Pero la clase media estaba desesperada.

Los industriales estaban alarmados ante la perspectiva de la revolución proletaria. Entonces comenzaron a inundar con fabulosas sumas de dinero los cofres del Partido Nazi. Brupp, Thyssen, Kirdorff, Borsig, los jefes del carbón, acero, química y otros imperios industriales de Alemania, suministraron a Hitler generosamente los medios de propaganda que necesitaba. Nunca un partido político en Alemania recibió unas ayudas tan grandes, el dinero llovía sobre los nazis por parte de los capitalistas.

La decisión final de entregar el poder a Hitler se tomó en casa del banquero de Colonia, Schroder (¡quién según las leyes racistas nazis era judío!). Consideraban que había llegado el momento de destruir las organizaciones y derechos de la clase obrera.

Explicando qué significaban estas ayudas económicas, Hitler señaló que:

"Sin automóviles, aviones y altavoces, no podríamos haber conquistado Alemania. Estos tres medios técnicos permitieron al nacionalsocialismo llevar a cabo una campaña asombrosa...".

En un documento confidencial publicado por el gobierno británico en 1943 para el uso de los oficiales y funcionarios que iban a ser enviados a Alemania, se dan los siguientes datos irrefutables:

"Fritz Thyssen y Kirdorff en el Ruhr, y Ernst von Borsig en Berlín (presidente este último de la Federación de Empresarios Alemanes, Vereinigung Deutscher Arbeitgeberverbande) eran ardientes seguidores de Hitler... Entre otros de los seguidores financieros en los primeros días de Hitler, se encontraba el famoso fabricante de pianos Karl Bechstein (Berlín), el editor Bruckmann (Munich), el conocido tratante de arte y editor Hanfstaengl (Munich) y el empresa Reetsma Cigarette de Hamburgo, al que después de que Hitler llegara al poder se le garantizó el monopolio exclusivo de tabaco.

"La mayoría de éstos no daban directamente sus contribuciones al Partido Nazi, sino a Alfred Hugenberg, el anterior director de Krupp y líder del Deutschnationale Volkspartei (Partido Popular Nacional Alemán). Hugenberg puso una quinta parte de la cantidad conseguida a disposición del Partido NacionalSocialista Obrero Alemán (NSDAP)...

"Fritz Thyssen, desde su ruptura con Hitler, ha declarado que su contribución personal ascendió a un millón de marcos, y estimaba la cantidad recibida por el NSDAP procedente de la industria pesada vía Hugenberg en aproximadamente dos millones anuales de marcos.

"En la reunión del Club Dusseldorf de Industriales el 27 de enero de 1932, después de que Hitler les ilustrara con su programa, el pacto entre la industria pesada y el Partido Nazi quedó sellado. Hitler convenció a su audiencia de que no tenían nada que temer de su ‘socialismo' y después se presentó a sí mismo y a su organización semimilitar como el baluarte contra cualquier tipo de ‘bolchevismo'.

"La política económica puesta en práctica por los ‘nacionalsocialistas' justificaba completamente la confianza que los grandes industriales habían depositado en Hitler. Hitler cumplió con su política en cada aspecto. Ha destruido las organizaciones obreras. Ha introducido el ‘principio de dirección' en las fábricas. Ha provocado una expansión de la industria pesada en Alemania occidental a través de un inmenso programa de rearme y ha generado a las empresas enormes beneficios. Los beneficios que los manufactureros del Ruhr y Renania consiguieron superaron con mucho el llamado ‘Decreto' relacionado con la entrega de ‘dividendos' de 1941 (Dividend en abgabeverordnung). Este Decreto, que como muchos otros decretos nazis significa lo contrario de lo que su nombre indica, permitió a las sociedades anónimas materializar los beneficios que habían acumulado durante 1933-38. Aproximadamente 5.000 millones de marcos de beneficios acumulados, que se habían conseguido en los años anteriores a la guerra, fueron distribuidos a los accionistas en forma de dividendos"

Socialismo o barbarie

El fascismo es la protección de las contradicciones del sistema capitalista empleando la fuerza bruta

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