sábado, 9 de mayo de 2009

Angelo Polo Punk asesinado hace 4 años

Bueno saludos nuevamente y envio disculpas por esta informacion que es de prensa amarillista que obviomente oculta informacion valiosa para esto, lo escrito es del mismo año de la muerte donde el tema de los Skins, Punk y morenazis sobresalia en la prensa... Salud (///)

Una veintena de neonazis realizan “barridas” nocturnas. El objetivo es “limpiar” la ciudad de homosexuales, drogadictos y redskins antifascistas.

A la brutal muerte de un punk de 19 años se suman las golpizas que ahuyentaron a travestis de la zona. Los muros de Quillota y La Cruz están tapizados con consignas y contrapropaganda. Los habitantes temen que la violencia no pare. Ángelo Polo Ramírez tenía 19 años cuando encontró la muerte de la manera más espantosa que recuerda Quillota. Era hijo único. Karina y Jaime lo adoptaron cuando tenía dos años y hasta el día del crimen trabajó codo a codo con su padre comerciando verduras en la feria. Era punk. Escuchaba a los Fiskales Ad-hok y en el antejardín rayó con spray un símbolo antifascista.

“Mi hijo trató de levantarse tres veces y a patadas lo botaron. Para cerciorarse que estuviera muerto le dieron un golpe con un bototo en la nuca. Su pecado fue ser punk, usar pantalones angostos y bototos. Estamos destrozados, impotentes. Los neonazis está podridos por dentro”, cuenta abrumado el padre.

Karina, la madre, no deja de mirar el charco de lodo en el estacionamiento de camiones de la rotonda La Palma donde la madrugada del 7 de mayo su hijo se desangró. “Le dejaron una marca nazi en la mejilla”, se remuerde sin dar crédito al horror.

Durante la audiencia en el Tribunal de Quillota, al padre debieron sacarlo de la sala. Quería tomar la justicia en sus manos. No podía creer la brutalidad con que actuaron Rolando Canelo Verdejo (19), un estudiante de Pedagogía en Inglés de la Universidad Católica de Valparaíso; y el menor S. Del T. De 16 años, alumno de segundo medio del colegio Tierra del Fuego.

“La autopsia mostró 16 cortes con arma blanca y nueve golpes con un martillo con cabeza y punta. Recibió al menos dos martillazos en la cabeza, el resto en la espalda, brazos y pecho, todos dados por el menor. La navaja tipo manopla la portaba Canelo. Dos cortes, uno en la yugular y otro en la carótida, causaron la muerte”, resume Hernán Silva, fiscal a cargo de la investigación que el viernes 13 de mayo obtuvo la confesión de los inculpados. “Se trata de un homicidio calificado, es decir, con alevosía y ensañamiento”, acota Silva. El delito tiene una sanción que va de los diez años de cárcel a cadena perpetua.

Sin embargo, el abogado designado para defender a los inculpados, Humberto Romero, indica que no basta con la confesión para demostrar culpabilidad. Tampoco basta el sentido común para determinar alevosía y ensañamiento. “Mis clientes tienen el derecho a guardar silencio, a no autoincriminarse, a tener un proceso justo y una sanción justa”, señala. Agrega que si se comprueba la autoría, a lo más se trataría de homicidio simple.

Su postura indigna a los padres del joven asesinado. Pero más la actitud de los neonazis inculpados. “No muestran signos de arrepentimiento, son unos sanguinarios”, dice el padre. “No queremos que por ser gente sencilla y ellos con plata se salven de la justicia”, añade la madre. “Son unos animales, una lacra. Me dan ganas de que se mueran. Y hay más de ellos, están en Quillota y en todo el país. Son una plaga. Salen en las noches”, completa Jaime.

“PATRIOTAS” VS. REDSKINS

En las calles de Quillota es extraño ver graffitis de barra bravas o hip-hoperos. En cambio, no es en absoluto difícil toparse en alguna esquina con svásticas y simbologías tipo araña de Patria y Libertad, acompañada de números. Por ejemplo, el 115 ó 116, que recuerdan los años que han pasado desde el nacimiento de Hitler. Y no sólo en Quillota. En la vecina comuna de La Cruz y en menor medida en Limache, sí que saben de ellos.
Claro que también es posible hallar contra-propaganda punk, movimiento decidido a enfrentarlos violentamente en las calles. Ellos no se asumen como seres dispuestos a poner la otra mejilla. Si los atacan, atacan. Si ven a un neonazi, lo persiguen : “Corre bonehead (cabeza hueca)”, “No banderas, no fronteras, no patriotas, no más nazis”, “Hardcore antinazi”, “Sharp” (sigla en inglés que significa skinheads en contra del prejuicio racial), ”Acción antifascista”, Pelea por tu pueblo, no por tu país“ o “Tu patria sólo es un trapo tricolor”.

La pugna de consignas se alterna por toda avenida Alberdi, en las calles Yungay, Condell, Esmeralda, San Martín o Arturo Prat, pero de manera abundante en 21 de Mayo y sus alrededores, avenida que conecta Quillota con la comuna de La Cruz. Pero en mayor cantidad asoman los rayados neonazis:

“Hammerhead Qta (cabezas de martillo de Quillota). Patriotas por siempre”, “No queremos droga en nuestra estirpe”, “SS-landstorm”, “Fuera punk, esta es mi tierra”, “No al comunismo, no al capitalismo, sí al nazismo” y “Patriotas y orgullosos”, son algunos ejemplos.
El listado ultraderechista sigue: “Siempre leales, siempre fascistas”, “Martillo del sur Quillota, unidos venceremos”, “Ojo rojo que te cojo”, “Skin Power”,Fuerza Nacional”, “Con nosotros cualquiera, contra nosotros el que pueda” y “NS 14/88”, que alude al nacional socialismo y el saludo hitleriano, Heil Hitler, graficado por repetición de la octava letra del abecedario.

“Acá en Quillota los neonazis son de plata, cuicos, algunos descendientes de alemanes. Estudian en colegios como el Tierra del Fuego o el Instituto Rafael Ariztía. Salen todas las noches en camionetas a perseguir travestis, punks, homosexuales o vagabundos”, señala un hiphopero de la zona.
“Son como veinte en total -agrega un redskin, un punk de izquierda-. Están hace cerca de dos años en Quillota y un año en La Cruz. Más viejos son los de Villa Alemana o Quilpué, que llevan unos ocho años y hace un tiempo se agrupaban en ‘Martillo del Sur’. Ahora tienen organizaciones más locales y se hacen llamar ‘Patriotas’ ”, aclara.

Con todo, el alcalde de Quillota, Luis Mella, advierte que el fenómeno “no representa una situación de invasión a la ciudad. Lo central es averiguar quiénes están detrás del fenómeno neonazi, quiénes son los cabecillas que reclutan, forman e incentivan a estos jóvenes que, tengo entendido, tienen como objetivo limpiar las calles de la ciudad. No queremos gente que incluso mate por una visión errada de lo que es lo bueno y lo malo”.

El caso que conmociona a la V Región gatilló una profunda investigación a cargo de la policía civil. El subprefecto de Investigaciones de Quillota, Alfredo Veloso, comenta que “nuestro trabajo está dando frutos. En cinco días detuvimos a los autores confesos. Recuperamos la armas y los medios de prueba. Este tipo de situaciones no van quedar impunes y van a tener que pensarlo cien veces antes de hacer algo de nuevo”, dice Veloso, agregando que el informe final estará listo a mediados de junio.

La conclusión del subprefecto plantea un debate sociológico acerca del tratamiento del fenómeno neonazi. “No podemos hacer un apartheid con esta gente -puntualiza-. Hay que sumarla a la sociedad mediante un trabajo integral y esa es tarea que escapa a Investigaciones de Chile. Es una labor del Estado en su conjunto”.

La situación que se vive en Quillota mantiene impactadas a las autoridades. Tanto, que el fiscal regional, Jorge Abbott, ya tiene en sus manos los antecedentes que podrían conducir a la apertura de una investigación por la eventual existencia de una asociación ilícita dedicada a cometer estos crímenes. Fuentes ligadas al caso señalan que en los ilícitos se reiteran aspectos comunes. Esto, en cuanto al modo de operar, la estructura de la organización, y los medios de que disponen para cometer los delitos.

http://www.fotolog.com/psr_coy

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